Te ayudamos a prevenirlas con unos sencillos consejos, pero antes vamos a explicar las especiales características de la zona y las molestias más frecuentes en el verano.
Empecemos con un poco de fisiología …
Todas estas molestias suceden en la vagina que está recubierta por un epitelio escamoso dependiente del estímulo estrogénico. En este epitelio habita la flora vaginal. Que está formada por un conjunto de bacterias cuya función es protegernos frente a diferentes infecciones.
La flora vaginal está compuesta por bacterias y levaduras que colonizan la vagina y conforman un ecosistema vaginal en equilibrio. Dicha flora esta colonizada principalmente por Lactobacilos, los cuales producen ácido láctico que favorece el pH ácido característico de la vagina. Es fundamental mantener el pH ácido, ya que produce un entorno hostil para el desarrollo de microorganismos patógenos.
El pH vaginal varía a lo largo de la vida de una mujer, variando de forma transitoria con cada menstruación. Por ejemplo, en el periodo de embarazo o etapa fértil, el pH vaginal oscila entre 3,5-4,5, siendo un pH ligeramente ácido y actuando como defensa natural frente al crecimiento de microorganismos patógenos; a diferencia de la etapa infantil o durante la menopausia, donde nos encontramos un pH próximo a 7, siendo este un pH alterado lo que conlleva a un mayor riesgo de contraer infecciones.
La justificación del porque en la etapa infantil y menopáusica tenemos un pH más neutro se debe a la ausencia hormonal, existiendo una mayor fragilidad de la mucosa genital y ausencia de flora bacteriana, a diferencia de las otras etapas de la mujer, donde la acción estrogénica enriquece las membranas con glucógeno acidificando el pH y favoreciendo el desarrollo de lactobacilos.
¿Cuáles son las Infecciones del tracto urinario (ITU)?
Las ITUs se pueden dar en cualquier parte del aparato urinario, siendo más frecuentes en la zona de la vejiga las cuales se conoce como cistitis.
La cistitis es una infección muy recurrente en mujeres. El 50% de las mujeres sufren mínimo un cuadro de cistitis en su vida y el 25% presentan recidivas. La mayoría de los casos es como consecuencia de la colonización de la microbiota vaginal por E. Coli, el cual es muy común en la zona de nuestro intestino y que presenta como característica la presencia de unos filamentos alrededor de su cuerpo que facilitan su adhesión a las paredes de la vejiga.
¿Cuáles son las infecciones vaginales?
Podemos diferenciar dos tipos: Vaginosis bacteriana (producida por bacterias) y Vaginitis candidiásica (producida por hongos). Ambas producen una infección e inflamación de la mucosa vaginal. Esto ocurre como consecuencia de la proliferación de los patógenos oportunistas de la microbiota vaginal.
Entre los síntomas más frecuentes que pueden aparecer nos encontramos: olor fuerte, picor, dolor, ardor y secreciones irregulares.
Estas infecciones ocurren como consecuencia de una higiene insuficiente, cambios hormonales como es el caso de la menopausia, problemas de incontinencia urinaria, consumo de antibióticos, higiene vaginal en exceso o con productos agresivos, permanecer con el traje de baño húmedo o mal uso de los salvaslip y compresas.
En el siguiente cuadro mostramos las infecciones vaginales más comunes:

Las tres últimas deben ser tratadas con antibióticos o antivirales pautado correctamente por un médico.
Es de gran importancia tratar las infecciones y restaurar la microbiota vaginal para prevenir la aparición de recurrencias. La pérdida de la población normal de lactobacilos contribuye al fracaso de los tratamientos y a la aparición de recurrencias de la infección.
¿Cómo prevenir su aparición?
La época del verano se distingue por tener un ambiente más caluroso y de mayor humedad, siendo estos factores que favorecen la alteración del equilibrio de la microbiota íntima, lo que conlleva un aumento en las infecciones e inflamaciones vaginales aumentan.
Se debe tomar una serie de medidas sencillas:
- Al salir del agua, cámbiate el bañador o bikini: la humedad en la zona íntima favorece la proliferación de hongos.
- Evita el uso de ropa íntima sintética y ajustada, para favorecer la transpiración.
- Cambia con frecuencia los tampones y las compresas.
- Utiliza una higiene íntima adecuada a tu pH o con activos que ayuden a la prevención de infecciones.
- Prevenir con prebióticos en el caso de estar con tratamiento con antibióticos.
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Esperamos que haya sido de ayuda toda esta información. Si tienes alguna duda o comentario, no dudes en pasar por nuestra farmacia en Baeza y te resolveremos cualquier duda en persona.